Me hicieron la pregunta estándar: Hola, ¿cómo estás? Titubeé
en responder. Al fin contesté: “A pesar de la edad, a pesar de los dolores de
artritis en las manos, las rodillas, el cuello y la cadera, a pesar del cáncer
que me mordió, a pesar del catarro que no se me quita, a pesar de la degeneración
macular y el comienzo de glaucoma, a pesar de la alta presión, a pesar del
colesterol y los triglicéridos, a pesar de las últimas elecciones, a pesar de
los apesares, ¡Estoy Súper Bien!
Llevo un rato viendo propiedades residenciales a la venta por un millón o más de dólares, apartamentos de cuatro habitaciones y la misma cantidad de estacionamientos. La primera reacción que me viene a la mente es: ¿cuántos millonarios hay en la Isla para pagar tanto apartamento de lujo? Claro, al ver que siguen vacios me doy cuenta que no es aquí donde están esos millonarios. Me entero, por la prensa, que la teoría de mercadeo que ha respaldado ese tipo de desarrollo es que los millonarios de otros lares van a llegar en manadas para arrebatarle esas propiedades a los desarrolladores. Y pienso yo, esos desarrolladores, ¿habrán tenido la experiencia de vivir en algún complejo de viviendas millonarias en alguna parte? ¿Sabrán por conocimiento propio lo que buscan esos millonarios? ¿O será que se lo están inventando? Algo así como “Si yo fuera rico…”. Lo que me recuerda la puerca de Juan Bobo. Desde niño cuando primero escuché a mi mamá usar la frase “parece la puerca de Juan Bobo”, pen...
Comments