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Let’s take a look!

            Se hace evidente que el plebiscito es solo un censo del PNP para conocer con precisión cuantos estadistas hay en la isla. Lo único malo con eso es lo que estén pagando con el dinero de todos nosotros. La otra cosa mala y lo padecen todas las propuestas de estatus, es que nadie nos explica en palabras simples, no en teorías académicas, que nos afrenta al otro lado.  La colonia con sus derivaciones me recuerda a Hamlet, inherentemente trágico. La independencia es como una cueva oscura que mete miedo. Puede que al entrar encuentres oro sólido o puede que despiertes a un oso furioso que te hace trizas. El único estatus totalmente predecible es la estadidad.
            La estadidad nos concede representación legislativa numéricamente proporcional a los otros estados de la unión. Nos concede el voto al presidente. Y sillas en el Colegio Electoral, también proporcionales. La igualdad de estatus con los otros estados nos da el derecho a igualdad proporcional en la distribución de fondos federales de ayuda social como Medicaid y ‘cupones de alimentos’, etc.  Los llamados ‘entitlements’.
            La banca, la moneda y las finanzas continúan igual excepto que se impone el sistema contributivo federal obligando un cambio fundamental en la gobernanza del nuevo estado. Siguen igual que ahora las agencias federales policiacas, jurídicas y militares. La ley de cabotaje sigue igual. Los ingresos del gobierno estatal se limitan al IVU, CRIM y otras patentes. La representación internacional igual que las representaciones deportivas en eventos internacionales quedan en exclusiva con el Departamento de Estado.
            Para la mayoría del congreso federal sería un sinsentido proveer fondos para la educación en un idioma extranjero (español) a un solo estado de la unión (PR) porque estarían obligados a proveer lo mismo para todos los estados. Por obligación el sistema educativo regresa a los años 30 con el inglés como primer idioma en el salón (libros, etc.) y el español se queda como electivo. Nuestros partidos políticos pierden su razón de ser. El PNP y PPD se integran a los partidos nacionales Demócrata y Republicano; y me imagino que el PIP se convierte en algún partido Independiente. Y también desaparece la ciudadanía puertorriqueña.
            Casi todo lo demás sigue igual. El agua, la luz, las carreteras, la salud pública, el bienestar social, vivienda pública, las legislaturas, los municipios, etc., etc., etc. Siguen a cargo de la Fortaleza en San Juan. Pero con mucho menos dinero disponible para las cortes, justicia, la policía y para gobernar. ¡Ah! Eso sí. Se deja de hablar del estatus.

            Una sola duda: ¿y los $72 mil millones? ¿Hay que saldar la deuda antes de ser estado? ¿O se podrá dejar para pagarla después? 

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