La Terapia de Pepe Orraca

Que San Guibin, el santo americano, los bendiga con una plétora de bienes materiales y espirituales. Y hoy, una buena cena.

No hace cinco minutos que me entero, gracias a la televisión, que hoy es el día en que los españoles o mejor dicho, Cristóbal Colon descubrió a Puerto Rico. O mejor dicho aun, tropezó con la Isla donde vivimos. ¡Qué honda pena me da! El que celebra ese “descubrimiento” no sabe lo que hace. Antes de que el explorador Italiano, porque tampoco era español, cruzara el Atlántico sin saber realmente a donde iba, esta Isla era el paraíso. Dicen, los que estudian el asunto, que aquí vivían cómodamente cerca de 600,000 habitantes en armonía. Por lo menos en la armonía que puede alcanzar el ser humano. Había comida demás, se trabajaba poco y se celebraran festividades y competencias deportivas todo el tiempo. Claro, como en todo lugar se pasaban algunos tiempos malos cuando por ejemplo pasaba un huracán o invadía alguna tribu enemiga. Pero eso era la menor de las veces. Las playas prístinas, los bosques frondosos y vestidos con lo menos posible, se paseaban los Taínos por toda la Isla disfrutand

Los que viajan por las carreteras de esta Isla saben reconocer muy bien lo que es un hoyo. Inevitablemente. Pero ¿conocerán lo opuesto? Un hoyo relleno de tal forma que se convierte en un estorbo igual pero inverso. Un chichón. ¿Ah? Lo que nadie, creo, se ha puesto a indagar es el costo de un hoyo o su espejo inverso. ¿Hay alguien que me pueda contestar esa pregunta? ¿Existe algún estudio que cuantifique el costo de un hoyo? No me refiero al costo de rellenarlo. Eso sí tiene que haberse calculado según los pies cuadrados y la profundidad. Simple matemática. A lo que me refiero es a lo que representa en daños a los automóviles, las gomas y su sistema de suspensión, la lentitud en el tráfico, los tapones, los accidentes causados al evadir un hoyo y los atrasos en la productividad general de la Isla que esos hoyos pueden representar. Pues, lo voy a estimar yo. Digamos que hay un hoyo o un chichón por cada diez metros cuadrados de carretera. Este es un estimado conservador. Si estimamos un

Puerto Rico regresó a las portadas de los reportajes del Internet y algunas revistas más. Esta vez no fue por la actividad criminal de los policías, ni los delincuentes conocidos, sino por las multinacionales a quienes buscan proteger los lacayos del capitalismo colonial. (¿Suena fuerte verdad?) Pero no es mi intención hablar mal de los lacayos, ¡Por mi madre que no! Es que después de que se anunciara el impuesto simple de 4% sobre las transacciones realizadas en la Isla por esas empresas, tantos han salido en defensa de ellas que me veo obligado a reportar lo que se ha reportado ya, pero que nadie aquí le ha hecho caso ni lo compaginan con el impuesto. Pues resulta que la GlaskoSmithKline, una de las farmacéuticas que se aprovecha de la situación impositiva del gobierno federal, acaba de aceptar una multa de $750 millones por estar vendiendo medicamentos inefectivos, fuera de fecha, de etiquetas erróneas, de dosis equivocada, contaminadas y muchísimas cosas más. Todas ‘Hechas en Puert

En épocas de antaño las tiendas no comenzaban a comercializar las Navidades hasta bastante entrado el mes de diciembre. Alrededor del 15 si no recuerdo mal. Luego se adelantó la fiebre comercial al día después del santo americano, digo San Giving. Poco a poco se ha ido adelantando la fecha de arranque al consumo navideño, tanto, que ahora las tiendas anuncian los especiales de navidad en octubre. Al menos eso so fue lo que vi en los catálogos de ofertas. Lo que me puso a pensar. No en eso sino en otra cosa. Fue una página con ofertas de equipaje. Una de las ofertas ponía en especial un juego de maletas de cinco piezas en solo $69.99. Tremendo precio. Por curiosidad me puse a calcular cuánto me costaría usar esas maletas en un vuelo. A $25.00 la primera maleta y $35.00 por las otras adicionales, calculé que usar esas maletas en una viaje a Disney tendría que pagar $330.00, ida y vuelta. Sin contar el costo de los pasajes. En otras palabras, a pesar de que las maletas me salían a solo $1