La Terapia de Pepe Orraca

             Me encanta el periódico de fin de semana. Son interminables las sorpresas que colocan en primera plana. La del sábado lee: “Se Queda Sin Dinero La CEE” (el Nuevo Día, 7 de nov). Al leer eso me entró un gozo tan grande que por un momento pensé que fuera el espíritu santo. ¡Se le secó el pocito dulce a los partidos! En otro Día siguiente, la portada pregona la caída del Banco Gubernamental. Se me detuvo el corazón. ¿Será posible? ¿Cerrará el gobierno? ¿Le llegó el Armagedón a la clase politiquera? ¿Tendrán que buscar empleo? ¿Perderán interés en la isla? ¿Se mudarán a la florida? ¡La trama continúa en un próximo Nuevo Día! (Hay más en La Terapia de Pepe Orraca: www.pepeorraca.blogspot.com)

            Un rotativo de la capital colocó en su portada la denuncia, irrefutable, de que el gobierno no sabe cuadrar una chequera. O sea, que ¡nadie tiene puta idea de cuánto dinero queda en la cuenta! Y continúa el periodista revelando que nadie, de entre todos los que viven del gobierno, nadie tiene una solución igual de irrefutable que el evidente descalabro que se está revelando. Hasta ahí llega el cuestionamiento del periodista. Muy bien. En resumen, de lo único que hay certeza es que el dinero, los $72 mil millones, se lo fututearon.             Pero se quedan otras interrogantes sin atender. ¿Por qué este gobierno se ha tardado 30 meses en descubrir lo que todo el mundo sospechaba desde hace casi 10 años? ¿Porque cada tanto tiempo sacaban de la manga una supuesta solución universal, a sabiendas que al final no soluciona nada? ¿Estaban tapando el cielo con la mano o han estado encubriendo algo o a alguien? ¿Falta más aún por desembuchar?  No puedo creer que exista tanto ent

            Su plan para Puerto Rico consiste en enviar a ocho (8) amigos, 2 ‘senadores’ y 6 ‘representantes’ (digo amigos porque no van a enviar un enemigo) a Washington D.C. para ‘exigir’ la estadidad para la Isla. Podemos estar seguritos que no van a llevar escopetas para tirarles a los congresistas, así que es razonable predecir que a lo que van es a cabildear. Lo que se traduce en visitas a oficinas, invitaciones a almorzar o cenar, estar presentes en reuniones, bodas, bautizos y festividades oficiales. Llevar regalos para los familiares de los políticos y agradecimientos para sus ayudantes. Todo lo que hemos visto ya en películas: van a beber, comer, parisiar y putear. Eso es lo que hace un cabildero, ‘jangear’ con los políticos para convencerlos de algo. En este caso para que añadan a Puerto Rico a la unión.             ¿Quién va a pagarle a esos ocho cabilderos? Porque no van a ir de voluntarios pagándose sus gastos. Hay que pagarle “ropa, zapatos, casa y comida”, hay que p

            El rimbombantemente anunciado Plan de Ajuste Fiscal o “vamos a apretarnos el cinturón”, recoge todas las generalidades que se han publicado en la prensa por los últimos cinco años: ¡Estimular el empleo! ¡Estimular la participación laboral!  ¡Controlar el costo de la energía!  ¡Reducir el costo de hacer negocios! ¡Reformar las leyes de impuestos corporativos e individuales! ¡Fomentar alianzas publico privadas! No sigo porque ya son cuentos viejos.             No era necesario esperar que un grupo de ‘sabios’ se estuviera reuniendo un mes para generar un informe que probablemente hizo un estudiante universitario.  La metodología debe haber sido que el ‘researcher’ recopiló todos los titulares de El Nuevo Día de los últimos cinco años, descartó las repeticiones y le presentó un ‘check list’ al comité para que escogieran cuales de los retablos requeté manoseados por la prensa apetecían poner en el informe. Algo así como se hizo con la biblia en el siglo IV: “Este sí, esto n

Felicitamos al Departamento de Turismo y  la Oficina Estatal de Conservación Histórica por éste innovador uso del espacio público que motiva el espíritu empresarial y ofrece hospedaje para los colegiales invitados a la Isla a pasar el spring break y un lugar idóneo para otros viajantes, provenientes de las regiones que sufren del invierno, deseosos de una económica aventura veraniega.

            Gracias a un amigo se me abrió la puerta del restaurado, aún sin abrir, histórico restaurant La Bombonera. Un privilegio que tengo que compartir. Asiduo de la cafetería desde fines de los años setenta y luego cliente regular hasta que cerraron, conozco bien ese lugar grabado ya en algún tipo de memoria ancestral. Distinto, a la vez que le lavaron la cara al espacio del salón y añadieron un segundo nivel, esta vez la restauración me impresionó. Me llamó la atención el respeto al espacio ya tradicional, con la barra de la fuente de soda como elemento dominante, igual que antes. La cafetera aquella con más de cien años, ícono del restaurant, ha sido restaurada inmaculadamente y lo más grande es que ahora cuela café como nueva. Los ‘booths’, los pesados muebles en madera que al entrar estaban a la izquierda, son ahora mesas sencillas para cuatro - elegantes - creando un espacio mucho más airoso.             Además del respeto a lo que ya había pude encontrar un gusto por lo