El Secretario de Justicia en despecho, declara para la
prensa que la decisión del Tribunal Supremo sobre la pesquisa de la fiscalía
contra la iglesia de Arecibo, no solo está errada sino que “protege a los
pederastas”. Que un abogado de la defensa critique una decisión del Tribunal
Supremo en contra de su cliente es de esperarse. Pero que el oficial de
gobierno que representa el sistema de justicia socave la autoridad final de ese
Tribunal Supremo, como si fueran parte y conspiradores del crimen es para
avergonzarse.
Se hace obvio que el susodicho secretario no respeta el
fundamento constitucional de la separación de poderes: cortes, ejecutivo y
legislativo además de la separación de iglesia y estado. Un Secretario de
Justicia que se expresa así es una vergüenza para este pueblo. Si el Secretario
de Justicia no respeta el Tribunal Supremo que clase de respeto se le puede
exigir que tenga el ciudadano común al sistema judicial.
Ahora que el secretario ha puesto en entredicho el más
alto tribunal de justicia, ¿qué piensa hacer? ¿Demandar a los jueces del Tribunal
Supremo, como pretende demandar a los mercaderes de bonos? Mire señor, no sea
tan charlatán. No le tire piedras a otro por su propia incapacidad.
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