El nuevo ‘enemigo del pueblo’ fabricado por los asesores
mediáticos del gobierno son los pobres. Han creado una nueva categoría de pobre
que llaman: ‘el pobre mantenido’. Esa descripción arropa a todo el que recibe
algún beneficio del gobierno, ya sea un apartamento en un residencial como la
tarjeta de salud o de la Familia. Alegan que esa ‘gente mantenida’ se aprovecha
de los demás contribuyentes abandonando empleos y teniendo hijos para que les
aumente la mesada del gobierno. Se alega que estos ‘pobres mantenidos’ viven
con unas comodidades, en unas facilidades que son la envidia de otros pobres.
¿Cómo si vivir en un caserío fuera objetivo o ambición de vida del
puertorriqueño?
Claro, estos mercenarios mediáticos solo han vistos los
caseríos en fotos y se creen que el eufemismo “Residencial” realmente significa
una comunidad privada con portones y guardias de seguridad. Todo provisto por
el gobierno. Ellos se engañan ellos mismos y pretenden engañarnos a todos. Lo
que no pueden contestar es: ¿quién quiere vivir en un caserío? Los pobres no
son pobres por alguna estrategia torcida donde si tienen menos consiguen más. Hay
muchas razones que pretenden explicar la existencia de la pobreza, algunas
pretenden justificarla pero ninguna se atreve alegar que ser pobre tiene algún
beneficio.
Nadie quiere ser pobre. Es algo que te sucede, muchas
veces sin querer o buscarlo, pero los políticos necesitan a quién echarle la
culpa de su fracaso. Siempre hace falta un villano y para distraer a la gente es
mejor pintar los pobres como ‘los malos’. A ver si nadie se da cuenta de
quienes son los verdaderos mantenidos: nuestros políticos, que ondean del lado
que mejor les convenga ($$) y les importa un pepino angolo nuestra patria o
nuestra gente.
Para aquellos que no quieren salir de la pobreza y para
todos aquellos que buscan hacerse pobre para beneficiarse de un seguro de salud
médico que no sirve, una tarjeta de Familia que no da para comer tres veces al
día, subsidios de agua y luz que no necesitan, apartamentos minúsculos en un
ambiente social de alto riesgo, pues sigan votando por sus políticos favoritos
que van a hacer de nuestra Isla toda, un gran caserío. Disculpen, quise decir
Residencial.