Es
posible que él que más manda tenga razón en que las cosas en la Isla están
mejorando y que la gente que siente y padece están equivocados, motivados por
la política. Hace un tiempo comenté que habían reaparecido las loncheras. Los empleados
que por años habían sostenido toda una industria de camiones que despachaban
almuerzos por $5 comenzaron a llevar loncheras con su almuerzo al trabajo. Para
mi ese fue símbolo del problema económico que empezamos a sufrir. Los camiones
esos han diezmado y la gente se resuelve sola.
Lo
que he notado recientemente es el advenimiento del limpiabotas. Oficio que por
décadas le proveía trabajo al menos afortunado y a los muchachitos que se
buscaban sus pesetas brillando zapatos. Poco a poco fueron desapareciendo.
Desde aquellos lugares espléndidos con múltiples butacas y más de un
limpiabotas, hasta los que ofrecían sus servicios desde un banquito en la acera
con silla plegadiza para el cliente. Como especie en peligro de extinción,
desaparecieron del área metropolitana.
Y
poco a poco igual que desaparecieron están reapareciendo. Es la versión humilde
del oficio, la de banquillos y sillas plegadizas, pero hay muchos más que los
que había hacen tres años. Esto me pone a pensar que el espíritu empresarial
que lleva promoviendo el gobierno durante estos tres años, es verdad que está
funcionando. Se me ocurre que quizás deba unirme a ese espíritu empresarial y
tomar un préstamo de micro-empresa del Banco de Desarrollo Económico para abrir
uno de aquellos emporios de múltiples butacas, lujosas y cómodas, con varios
limpiabotas en un amplio salón de espejos y pisos de mármol. Para darle caché
podemos vender café a $4 la taza, servido en la misma butaca. Podemos designar
a los limpiabotas con un nuevo y mejorado nombre. Los podríamos bautizar:
Ingenieros de Mantenimiento de Calzados. Con ese título hasta universitarios y
maestros van a solicitar la plaza. Lo que me falta es un nombre o marca de
calidad mundial. ¿Qué les parece: Le Temple de la Luminosité?
‘El Salón del
Brillo’, para los que no entiendan.
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