Hay que ser como los pigmeos, dice Eduardo Galeano, de estatura corta y memoria larga. Este pensamiento aplica hoy muy bien a nuestros astutos líderes. Y si no fuera tan seria la cosa, daría gracia. Es que se les olvida que en la UPR sucede lo mismo cada cierto tiempo, me parece a mí que como cada 20 años. Las causales son diferentes, cada generación tiene el suyo, pero por una razón u otra los estudiantes se levantan en protesta, toman la universidad y detienen el trabajo académico. Y el estado o mejor dicho, los gobernantes siempre responden igual. Con la pajita al hombro, al ver quién manda más. Quien se rinde primero.
Y la policía, siempre un gran agente catalítico, le echa leña al fuego con sus posturas de macho cabrío, macana en mano. Los de pelo canoso tienen que recordar: Mr. Tom Macana. La dificultad en este tipo de situación es que al no haber un árbitro no hay quien adjudique el triunfo. Con demasiada frecuencia se le va la mano a la policía, hieren o en ocasiones matan a algún estudiante y de pronto un asesor político se da cuenta que todos aquellos estudiantes tiene padres, abuelos, tíos y primos que votan. Rápidamente retiran a la policía, se celebran conferencias de prensa y los astutos líderes ceden a regañadientes lo que fuera que exigía los que protestaban. Con una memoria más larga se podría ir en corte directo al final de la trama y dejar a la prensa sin titulares estridentes.
Pero si hay algo que provoca risa. Nuestro súper policiaco anuncia en la tele que va a desarticular los puntos de droga que presuntamente, y no lo dudaría, se encuentran dentro del campus. Yo creo que él nunca escuchó el refrán de que en guerra avisada no muere la gente. Parece que el señor se cree que los detallistas de sustancias ilegales van a estar parados en el punto esperando que la policía llegue a arrestarlos. ¿O pensará que ellos no ven la televisión?
¡Sorpresa! ¡Te cogí!
Y la policía, siempre un gran agente catalítico, le echa leña al fuego con sus posturas de macho cabrío, macana en mano. Los de pelo canoso tienen que recordar: Mr. Tom Macana. La dificultad en este tipo de situación es que al no haber un árbitro no hay quien adjudique el triunfo. Con demasiada frecuencia se le va la mano a la policía, hieren o en ocasiones matan a algún estudiante y de pronto un asesor político se da cuenta que todos aquellos estudiantes tiene padres, abuelos, tíos y primos que votan. Rápidamente retiran a la policía, se celebran conferencias de prensa y los astutos líderes ceden a regañadientes lo que fuera que exigía los que protestaban. Con una memoria más larga se podría ir en corte directo al final de la trama y dejar a la prensa sin titulares estridentes.
Pero si hay algo que provoca risa. Nuestro súper policiaco anuncia en la tele que va a desarticular los puntos de droga que presuntamente, y no lo dudaría, se encuentran dentro del campus. Yo creo que él nunca escuchó el refrán de que en guerra avisada no muere la gente. Parece que el señor se cree que los detallistas de sustancias ilegales van a estar parados en el punto esperando que la policía llegue a arrestarlos. ¿O pensará que ellos no ven la televisión?
¡Sorpresa! ¡Te cogí!
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