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¡A Jullír Crispín!

Lo he dicho siempre, no hay bien que por mal no venga. Además, ya está científicamente comprobado que no hay manera de predecir el futuro. Pregúntale a Walter para que veas. En nuestro entorno unos bancos de avanzada y mucha aceptación del público se vieron comprometidos (no por mala administración) con el desbarre de unos genios del desarrollo de bienes raíces en la Isla. Construyen casa y apartamentos para millonarios que aquí nadie los puede comprar. Pues, resulta que no nunca llegaron esos millonarios a comprar. Al ver que su avaricia no ofrecía prenda dejaron a los bancos embarcados.

Enseguida llegaron los del norte le pusieron parchos al asunto y repartieron los bancos quebrados entre los bancos de aquí que están menos quebrados. ¡Solución perfecta! Sin embargo, dice la prensa, que los depósitos de esos bancos consolidados se fueron en busca de mejores tierras. Ahora los bancos que tenían alguito solo tienen más deudas.

Fíjense, yo lo entiendo. A mí me pasó lo mismo. Yo estaba de lo más feliz en el banquito cerca de mi vecindario. Nunca había fila y aun con los tres pesos que tenía depositado me atendían como si fuera importante. Ahora se consolidaron los bancos y fui a parar al banco donde nunca quise estar. Pues, al poco tiempo recibí una carta de bienvenida a la nueva institución anunciando que estaban equiparando la cuenta del banquito a una cuenta similar de ellos. Por tanto ya no me iban a pagar intereses sobre el mísero depósito que tenía. Si no fuera que es más trabajo sacar esos chavitos que lo valen yo haría lo mismo que los ricos y me llevaría el dinero a otra parte.

Como dicen: palo si boga y palo si no boga…

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