Antier, conversando con un amigo por teléfono, me entero que él había recibido el ‘estímulo federal’, un chequecito de Hacienda por $600. De pronto percibí un silencio a mí alrededor como si una burbuja me protegiera de cualquier interrupción aural provocada por algún evento cerca de mí. Sólo escuchaba ‘estimulo federal’. Sin temor a equivocarme, lo interrumpí para preguntar, “¡Que! ¿Te llegó el cheque?”.
Hasta ese momento, para mí, el cheque del ‘estímulo federal’ fue una leyenda urbana. Todo el mundo había escuchado algo sobre el asunto pero a la vez nadie sabía nada. Como lo de los extraterrestres o el Chupacabras. Claro, mi amigo se quejó de media docena de otras cosas, pero lo del cheque me dejó patidifuso. ¿Será él el único en recibir el ‘estímulo federal’? Sin profundizar mucho en el tema supe que la persona que mejor y más cierto testimonio podía dar sobre el ‘estímulo federal’ es el cartero. (Más Federal no hay.)
Presto y presuroso detuve el cartero de mi vecindario. De aquellos carteros de antes que llevan al hombro una gran bolsa de cuero, repleto de la correspondencia vecinal. Le pregunté directamente: “¿has entregado muchos cheques del estímulo federal?”. Como buen cartero, soltó el bolso al piso, miró al cielo y se secó el sudor de su frente.
“Bueno…” dijo el cartero. Esa pausa fue cargada de intención. “Yo no he visto a muchos de esos cheques. Vienen de Hacienda, así que uno no sabe bien del porque del cheque, pero…” Ese planteamiento de ‘es y no es o a lo mejor’ no era aceptable. Ante mi insistencia confesó, “Yo recibí el mío… hace como seis semanas”. (Para la misma temporada de mi amigo.) “Dime, pero dime, ¿se están repartiendo cheques de Hacienda?” Su respuesta tomo varios segundos de silencio antes de aparecer.
“¿Qué yo esté viendo? No.”, dijo el cartero.
Hasta ese momento, para mí, el cheque del ‘estímulo federal’ fue una leyenda urbana. Todo el mundo había escuchado algo sobre el asunto pero a la vez nadie sabía nada. Como lo de los extraterrestres o el Chupacabras. Claro, mi amigo se quejó de media docena de otras cosas, pero lo del cheque me dejó patidifuso. ¿Será él el único en recibir el ‘estímulo federal’? Sin profundizar mucho en el tema supe que la persona que mejor y más cierto testimonio podía dar sobre el ‘estímulo federal’ es el cartero. (Más Federal no hay.)
Presto y presuroso detuve el cartero de mi vecindario. De aquellos carteros de antes que llevan al hombro una gran bolsa de cuero, repleto de la correspondencia vecinal. Le pregunté directamente: “¿has entregado muchos cheques del estímulo federal?”. Como buen cartero, soltó el bolso al piso, miró al cielo y se secó el sudor de su frente.
“Bueno…” dijo el cartero. Esa pausa fue cargada de intención. “Yo no he visto a muchos de esos cheques. Vienen de Hacienda, así que uno no sabe bien del porque del cheque, pero…” Ese planteamiento de ‘es y no es o a lo mejor’ no era aceptable. Ante mi insistencia confesó, “Yo recibí el mío… hace como seis semanas”. (Para la misma temporada de mi amigo.) “Dime, pero dime, ¿se están repartiendo cheques de Hacienda?” Su respuesta tomo varios segundos de silencio antes de aparecer.
“¿Qué yo esté viendo? No.”, dijo el cartero.
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