A mí me gusta saludar a la gente. Sí. Caminar por la calle saludando a tutilimundi. Gordos, flacos, pobres, ricos. ¡Buenos Días! No me hace falta conocerlos para ofrecer un ¡buen día! Basta con que se me crucen al frente para soltarles un ¿Qué tal? Si los conozco y están cerca le estrecho la mano. Si tengo que cruzar la calle, entonces mejor le hago una señal con la mano disponible al momento.
Lo más interesante de mi actitud social no es el saludo, sino los que no te devuelven el saludo. He observado que existe una variedad de maneras de no contestar un saludo. Se quedan mirando al piso, a veces temerosos aceleran el paso eliminando con la prisa el tiempo de respuesta o simplemente se detienen y miran a la otra acera en lo que paso por el lado. Como camino siempre por los mismos lares, si veo que la misma persona no me responde a un ¡Buenos Días! repetidas veces, entonces nunca más lo saludo y le hago lo mismo que me hacían. Bajo la cabeza para no verlos, me quedo mirando una vitrina y hasta cambio de acera en casos críticos.
Hay personas que ven todo color de rosa, el vaso medio lleno, como yo. Y hay gente que siempre ven el vaso medio vacío. Yo me imagino que esos son los que no me devuelven el saludo, pensando que hay algo raro en que un individuo así de la nada quiera desearte el bien. Esto me puso a cavilar sobre alguna apertura en la comunicación especulando que es mi optimismo lo que los espanta. Ahora en la temporada navideña voy a poner a prueba mi teoría con unos saludos “medios vacios” para la temporada.
¡Triste Navidad!
¡Muchas Amarguras!
¡Un Ruinoso Año Nuevo!
¡Infortunios a Todos!
A ver.
Lo más interesante de mi actitud social no es el saludo, sino los que no te devuelven el saludo. He observado que existe una variedad de maneras de no contestar un saludo. Se quedan mirando al piso, a veces temerosos aceleran el paso eliminando con la prisa el tiempo de respuesta o simplemente se detienen y miran a la otra acera en lo que paso por el lado. Como camino siempre por los mismos lares, si veo que la misma persona no me responde a un ¡Buenos Días! repetidas veces, entonces nunca más lo saludo y le hago lo mismo que me hacían. Bajo la cabeza para no verlos, me quedo mirando una vitrina y hasta cambio de acera en casos críticos.
Hay personas que ven todo color de rosa, el vaso medio lleno, como yo. Y hay gente que siempre ven el vaso medio vacío. Yo me imagino que esos son los que no me devuelven el saludo, pensando que hay algo raro en que un individuo así de la nada quiera desearte el bien. Esto me puso a cavilar sobre alguna apertura en la comunicación especulando que es mi optimismo lo que los espanta. Ahora en la temporada navideña voy a poner a prueba mi teoría con unos saludos “medios vacios” para la temporada.
¡Triste Navidad!
¡Muchas Amarguras!
¡Un Ruinoso Año Nuevo!
¡Infortunios a Todos!
A ver.
Comments