Me llegó la cuenta de la luz. El diseño es totalmente nuevo, prácticamente indescifrable, pero lo que más me llamó la atención es que me indica con una tabla de consumo promedio diario, que cada mes gasto más luz. En el último año he logrado gastar algunos 10 kilovatios/hora, más, que el año anterior, mágicamente, sin añadir un solo implemento eléctrico a la casa. Ni siquiera tengo una bombilla de 100 vatios. Subió el agua, subió la luz, subieron los impuestos, y lo único que no han baja’o son los sueldos de nuestro astutos lideres políticos.
Nunca había pensado que ver la televisión fuera una experiencia, de la forma en que se habla de la experiencia de ir al cine. Hasta ahora, que me veo obligado a tomar una decisión monumental. ¿Corto el cable y boto la cajita? ¿Para acogernos a los tiempos modernos con Netflix y Amazon, VOD, DOD, Youtube, Video Streaming, etc., y economizar en gastos? O ¿sigo amarrado al cable con los 500 canales dónde nunca hay nada que ver? Los argumentos son obvios. El cable/satélite provee un sin fin de canales y eventos, mientras el ‘streaming’ provee un sin fin de temas instantáneamente disponibles. Después de leer sobre las posibles configuraciones que incluye antenas exteriores, grabadora de video programables, internet, proveedores, y etc., tuve que aceptar que en realidad el cable/satélite se puede eliminar sin una pérdida mayor. Lo que inmediatamente me puso a pensar en esa pérd...
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