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La Comisión


El camello es un caballo hecho por un comité. El gobernador nombró un comité, digo comisión, para que elabore un informe con miras a desarrollar la cultura. O algo así. La lógica me obliga a señalar algunas inconveniencias. La  cultura no se desarrolla. Se desarrollan planes, propuestas, inventos, no la cultura. El desarrollo cultural es otra cosa. Pero no importa, todo el mundo sabe de qué se trata.

            Se espera que dicho comité, digo comisión, rinda un informe a mediados del año que viene. De ese informe se preparan los proyectos de ley que sean necesarios. Eso nos pone como para la sesión legislativa de enero 2015. Ahí comienzan las vistas públicas.

            Como es usual, la mayoría de la gente conocedora se opone a lo propuesto. El debate se hace estridente y como para marzo 2015 bajan los proyectos al pleno para votación. Y lo mismo se repite en la otra cámara. Como nunca hubo consenso, los proyectos aprobados pasan a una comisión conjunta. Estimo que ya en mayo se envíen para la firma del gobernador. La oficina del gobernador provee unas directrices generales para que las agencias o departamentos elaboren los reglamentos que corresponde. Esos reglamentos entonces pasan por el cedazo de Hacienda, Justicia y cualquier otra agencia que tenga alguna injerencia. Se revisan y corrigen los reglamentos y después se verifica, antes de publicarlos, que los cambios requeridos se hayan hecho.

            Pasaron seis meses, llegamos al 2016 y lo único que se ha hecho en realidad es hablar sobre el asunto. ¿Tangible? Nadita de nada.

            En esa etapa se hace un esfuerzo por implementar las disposiciones de la ley y los reglamentos. Intervienen las oficinas de gerencia, de administración pública y recursos humanos. Se redactan las descripciones de los nuevos empleos que crea la ley. Se comienza a reclutar personal. Y ya cuando están listos para hacer algo es julio y la veda electoral detiene los gastos del gobierno. Y si hemos aprendido algo de la vida es que entonces gana el otro partido y como decía mi mamá, — ¡Ahí quedó la cosa!

            Cuando un tema se puede poner demasiado caliente, a veces lo mejor es nada más aparentar que estás haciendo algo.

            ¿Cómo es que hacen los camellos? ¿Braman o balan?

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