Al
fin se hizo ley la más nueva dádiva para las iglesias. A tiempo para reclamar
los votos en estas próximas elecciones. Además de no estar sujetos a pagar
contribuciones y tener subsidios en la energía eléctrica y el agua, ahora tampoco
van a tener que reportarle a Haciendo el IVU. Lo digo así porque la ley no les prohíbe
cobrar el IVU, que todos nosotros tenemos que pagar, sino que lo que no tienen
es la obligación de informarle a Haciendo, todos los meses, de ese IVU que
cobraron.
Muchísima
gente, menos los que son candidatos a puestos electivos, han criticado la medida por considerarla como
oportunismo politiquero. Y es fácil de interpretar la gestión de esa manera, pero
lo que no están viendo es el bien que le va hacer esa ley a la religiosidad en
la Isla. El poder cobrar el IVU, aunque no lo digan, sin reportarlo a Hacienda,
aumenta la ganancia de cualquier iglesia o negocio en al menos un 10%. Eso
junto al diezmo tradicional resulta en que la iglesia sea el mejor negocio que
se pueda tener en Puerto Rico. Deja más que un centro comercial y no tiene que
abrir el negocio todos los días, ni pagarle a los empleados. Lo que me lleva a
la siguiente conclusión.
El
hecho de que para abrir una iglesia no hace falta ninguna licencia ni pasar un
examen de comprobación de capacidad junto al hecho que se puede comprar un
diploma en Divinidad por el Internet y apoyado por el espíritu empresarial que
estimula el gobierno, vamos a ver una explosión en la apertura de nuevas
iglesias y alguna que otra nueva religión. ¡Va a ser fabuloso!
En
la marquesina pones un podio con unas sillas y en la sala-comedor pones mesas y
desde la cocina vendes comida, frituras, dulces. A eso le añades una que otra
góndola para vender artículos tradicionalmente asociados al colmadito de la esquina
como habichuelas y salsa de tomate. Cosas que se venden a diario. El domingo
pones una grabación con música religiosa y te incorporas como iglesia, sin
fines de lucro, claro.
Sin
duda, va a dejar más que ser Senador.
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