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Topsy-turvy

Ya no me quedan dudas de que es inexorablemente cierto de que el mundo está patas arriba. Y en la Isla si no estamos bien amarrados al techo podemos estrellarnos la cabeza contra el piso. Los Capitalistas están quejándose de los obreros que no quieren cooperar en esta terrible situación económica. Quiere ello decir: bajarse los sueldos y abandonar derechos adquiridos. Claro que las uniones van a decir que no. Es lo mismo que pedirle al Industrial que se rebaje el sueldo y renuncie al bono prometido.

“No es culpa mía que las cosas estén tan mal.”, dice igual el Industrial que el Trabajador.

Se hizo una ley para ayudar al pobre a obtener su hogar-propio: unos incentivos que facilitan la compra para alguien con recursos limitados. Básicamente para los que viven alquilados. Ahora se quiere revisar la ley para que los especuladores puedan aprovecharse de los incentivos y comprar esas casas como inversión. Para alquilarlas claro. ¿A quién? A los que no tienen casa y tienen que vivir alquilado por no tener los recursos para comparar su hogar.

¿¡Eh!? ¿No son esos los mismos para quienes se creó esa ley de incentivos?

¡Y sigue! Unos líderes de la descalificada unión de maestros se quejan de la nueva imposición que no permitirá a que un maestro tome vacaciones, sabática, licencia para estudios o viajar, sin que se encuentre y se coloque otro maestro en sustitución del maestro que pretende ausentarse. Obviamente la idea es los estudiantes no se quedan sin maestro. Se hace igual de obvio que al líder de gremio no le importan los estudiantes.

"No es mi culpa", repite el líder, "que los estudiantes se queden sin clases o maestros." “¡Yo tengo mis derechos!” gritan los ‘maestros’. ¿Y los estudiantes? ¿No?

Y todo esto lo hayamos entre las primeras 20 páginas de un mismo periódico. El de ayer. Creo.

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