Contrario a todos los políticos que han perdido unas elecciones, yo estoy seguro que la sabiduría colectiva de este pueblo va a escoger la mejor persona para gobernar el destino de esta Isla. A veces no se sabe porque sale un político elegido y/o derrotado, pero con el tiempo se revela que la selección fuera la más correcta.
Que mejor ejemplo que este pasado cuatrienio. Sin querer queriendo dividimos entre partidos los poderes ejecutivos y legislativos para descubrir que nuestros astutos líderes nos han estado llevando a la bancarrota nacional, en secreto, sin decirnos palabra que estaban violando la constitución de la Isla de Puerto Rico. Tomando dinero prestado como si no hubiera que pagarlo de vuelta.
Gracias a este entuerto hemos podido ver como los verdaderos intereses de nuestros políticos han quedado al descubierto. Sus luchas tribales, sus arrebatos de cólera y el puro personalismo de su gestión política nos han ayudado a ver bien quienes se sirven de los intereses del pueblo.
Gracias al ‘gobierno compartido’ las acusaciones de parte y parte destaparon una caja de pandora de secretos políticos. Propagando una investigación federal que promete meter presos a todos los buscones que han malogrado nuestra administración pública. ¡Ojalá!
Claro, también hay políticos que cambian una vez entronizados y empiezan a creerse dueños de su destino, escogido por lo divino o profetas de su tiempo. Otros cambian adquiriendo conciencia de su responsabilidad.
Hemos tenido la oportunidad de observarlos a todos, los buenos y los malos. El martes tenemos que escoger. Escojamos los buenos, no importa el color de su bandera.
¡Apúntame en la Quinta!
Que mejor ejemplo que este pasado cuatrienio. Sin querer queriendo dividimos entre partidos los poderes ejecutivos y legislativos para descubrir que nuestros astutos líderes nos han estado llevando a la bancarrota nacional, en secreto, sin decirnos palabra que estaban violando la constitución de la Isla de Puerto Rico. Tomando dinero prestado como si no hubiera que pagarlo de vuelta.
Gracias a este entuerto hemos podido ver como los verdaderos intereses de nuestros políticos han quedado al descubierto. Sus luchas tribales, sus arrebatos de cólera y el puro personalismo de su gestión política nos han ayudado a ver bien quienes se sirven de los intereses del pueblo.
Gracias al ‘gobierno compartido’ las acusaciones de parte y parte destaparon una caja de pandora de secretos políticos. Propagando una investigación federal que promete meter presos a todos los buscones que han malogrado nuestra administración pública. ¡Ojalá!
Claro, también hay políticos que cambian una vez entronizados y empiezan a creerse dueños de su destino, escogido por lo divino o profetas de su tiempo. Otros cambian adquiriendo conciencia de su responsabilidad.
Hemos tenido la oportunidad de observarlos a todos, los buenos y los malos. El martes tenemos que escoger. Escojamos los buenos, no importa el color de su bandera.
¡Apúntame en la Quinta!
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