Al igual que con nuestros pronosticadores del tiempo, insisto enfáticamente que le pongan ventanas a las oficinas de nuestros legisladores para que puedan mirar hacia fuera y ver la realidad que les circunda. Se hace evidente que nuestros legisladores no saben legislar, y las leyes que legislan están tan mal escritas que las cortes son las que terminan legislando.
Lo último es legislar la moral. Cada vez que el gobierno trata de legislar la moral el esfuerzo resulta en vano. Y a veces peor que ‘en vano’. Se termina legalizando, por las cortes, lo que se quería prohibir. La venta de pornografía, la venta de parafernalia, los juegos de azar electrónicos, etc., etc., etc.… son ejemplos obvios. Ahora nuestros legisladores quieren constitucional-izar lo inconstitucional. El discrimen.
Pretenden re-escribir nuestra constitución para que defina el matrimonio como una actividad exclusiva entre hombres y mujeres, y más, prohíbe que cualquier otro tipo de unión pueda considerarse un matrimonio, no importa el parecido que pueda haber. ¡Ah! Y también pretenden restringir la definición de hombre y mujer al sexo de su nacimiento.
Lo que se les olvida a nuestro hipotéticos legisladores es que la constitución de Puerto Rico fue aprobada por el congreso de los Estados Unidos, y cualquier cambio en nuestra constitución tendrá que buscar el aval del congreso. Aunque si nos dejamos llevar por el pasado, tan pronto se apruebe el cambio, un transexual va a poder llevar su caso a la corte federal, argumentando discrimen y la corte, como en tantas ocasiones, terminará legalizando lo que se pretende prohibir.
Unas ventanas grandes, panorámicas, vendrían bien. Así lo creo.
Lo último es legislar la moral. Cada vez que el gobierno trata de legislar la moral el esfuerzo resulta en vano. Y a veces peor que ‘en vano’. Se termina legalizando, por las cortes, lo que se quería prohibir. La venta de pornografía, la venta de parafernalia, los juegos de azar electrónicos, etc., etc., etc.… son ejemplos obvios. Ahora nuestros legisladores quieren constitucional-izar lo inconstitucional. El discrimen.
Pretenden re-escribir nuestra constitución para que defina el matrimonio como una actividad exclusiva entre hombres y mujeres, y más, prohíbe que cualquier otro tipo de unión pueda considerarse un matrimonio, no importa el parecido que pueda haber. ¡Ah! Y también pretenden restringir la definición de hombre y mujer al sexo de su nacimiento.
Lo que se les olvida a nuestro hipotéticos legisladores es que la constitución de Puerto Rico fue aprobada por el congreso de los Estados Unidos, y cualquier cambio en nuestra constitución tendrá que buscar el aval del congreso. Aunque si nos dejamos llevar por el pasado, tan pronto se apruebe el cambio, un transexual va a poder llevar su caso a la corte federal, argumentando discrimen y la corte, como en tantas ocasiones, terminará legalizando lo que se pretende prohibir.
Unas ventanas grandes, panorámicas, vendrían bien. Así lo creo.
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