Sorprendido que mi gran amigo (él que se fue) se interesara en la física quántica, me dispuse inmediatamente a compartir con él todo el conocimiento sobre la quántica que aprendí (en diez lecciones fáciles) por el Internet. La física quántica es difícil y fácil a la vez. Lo que más parecido encuentro a la quántica es la astrología. Pero eso lo explico después.
Tan pronto arribó mi amigo a la Isla comenzamos a intercambiar notas sobre nuestra nueva percepción de la realidad. Una realidad quántica. A los pocos días mi amigo regresó al Norte donde vive. A minutos de aterrizar me llama. ‘¡Pepe, todo cambió! En tan solo unos días, la vegetación se tornó anaranjada. Un otoño prematuro, pero precioso, espectacular.’ Estando en la Isla su comentario era lo opuesto, sorprendido de como nada había cambiado desde su última visita. Todo en Puerto Rico seguía igual. La misma gente con los mismos problemas.
La ventaja de que en la Isla las cosas no cambien es que siempre sabes adonde vas a llegar. Es como si el tiempo se detuviera. Lo que nos llevó a especular, si el tiempo se detuvo ¿a lo mejor él sigue estando aquí, mientras está allá? Si te encuentras contigo en el próximo viaje, todavía sentado en la barrita del vecindario tomando cerveza, no te sorprendas, porque aquí, en esta Isla, no ha pasado nada.
Conclusión, lo importante es que si te ves, no te hables, y si te hablas a ti, ¡no te contestes!
Tan pronto arribó mi amigo a la Isla comenzamos a intercambiar notas sobre nuestra nueva percepción de la realidad. Una realidad quántica. A los pocos días mi amigo regresó al Norte donde vive. A minutos de aterrizar me llama. ‘¡Pepe, todo cambió! En tan solo unos días, la vegetación se tornó anaranjada. Un otoño prematuro, pero precioso, espectacular.’ Estando en la Isla su comentario era lo opuesto, sorprendido de como nada había cambiado desde su última visita. Todo en Puerto Rico seguía igual. La misma gente con los mismos problemas.
La ventaja de que en la Isla las cosas no cambien es que siempre sabes adonde vas a llegar. Es como si el tiempo se detuviera. Lo que nos llevó a especular, si el tiempo se detuvo ¿a lo mejor él sigue estando aquí, mientras está allá? Si te encuentras contigo en el próximo viaje, todavía sentado en la barrita del vecindario tomando cerveza, no te sorprendas, porque aquí, en esta Isla, no ha pasado nada.
Conclusión, lo importante es que si te ves, no te hables, y si te hablas a ti, ¡no te contestes!