Más pudo la política que el interés que nos tenían. La
Junta Fiscal dio un virazón tan brutal que los pone entre los 10 virazones más raudos
en la historia de la Isla. En vez de “mejor ahora que nunca” decidieron “pasarle
la bola” y “repetir lo que sabemos que no funciona”. La Junta aprobó lo que
hacía una semana rechazó a pesar de su mejor deseo por “un mejor futuro” para
Puerto Rico. Inimaginable, impredecible, pero explicable.
Se llama la papa caliente. Si la propuesta de la Junta
resulta ser tan devastadora para la economía local, como predicen todos, no sólo
le van a añadir leña al fuego, sino que peor aún, van a fracasar ante el
congreso en su misión de proveer los recursos para que los fondos buitres
puedan cobrar su deuda. Temiendo a que se puedan quemar con el asunto si se
equivocan, cedieron a la conveniencia de complacer al cuerpo político electo y dejar
que sean ellos los primeros en equivocarse. Si les sale lo que alegan hacer,
asunto resuelto. Los buitres cobran y sus jefes, los congresistas, felices. ¡Buenas
tardes y muchas gracias!
Si no... El código draconiano que van a poder imponer
será entonces culpa de los políticos electos que no saben cómo sacarnos del
hoyo en que nos metieron. No será ya culpa de la Junta.
De esta manera se protege a la comisión del congreso que
por décadas ha relegado su responsabilidad fiduciaria con la Isla, interviniendo
solo ahora, en defensa de los cobradores; cuando la crisis económica a la vez provoca
una crisis constitucional, al ellos mismos derrocar, con la creación de la Junta,
la autoridad de la ‘Ley de Falsas Promesas’ (Ley 600), en la que mentirosamente
delegaron su responsabilidad.
¡Nadie nos viene a socorrer! ¡“Hace falta acción inminente
y decisiva.”! Si el 50% de todos los contribuyentes piden una prórroga legal de
seis meses, “en unos pocos meses” “habría que cerrar el gobierno” y la Junta Cobradora
tendría que irse al ‘carajo’.
¡Puerto Rico se merece un mejor futuro! ¿Verdad?
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