Nuestra casta de políticos mantenidos va a sangrar a la
nación. Se los digo. Van a subir el IVU, eso ya está legislado. Y tienen que
subir las patentes nacionales, la contribución sobre la propiedad, las
contribuciones sobre ingreso y crear algún otro impuesto para, a la larga, poder pagar esa deuda de $70,000.000,000.
¿Por qué hay que pagar la deuda?
Porque el dinero de aquí ya se agotó, se lo deben todo a
los bonistas; y para ellos poder seguir robando tienen que sacar dinero de
dónde sea, cueste lo que cueste. Pero la pregunta que nadie contesta es,
¿adonde fue a parar todo ese dinero que se tomó prestado? En embelecos que
nadie quiso, ni hacían falta. Lo más reciente fue el gasoducto, por el que se
gastaron cientos de millones en publicidad, promoción, expropiaciones, compra
de terrenos, ingenieros, contratistas, consultores, asesores, abogados,
contables, tubos y algunos chavitos por debajo de la mesa, para engrasar la
agilidad del proyecto.
El oleoducto fue la previa encarnación del gasoducto, lo
mismo, cero planificación, cero consulta con los afectados y pérdidas
millonarias en contratos cancelados, etc., etc., etc. Todavía estamos pagando
unos $80,000 dólares mensuales en arrendamiento para guardar la tubería que se
compró y que luego se descubre que solo sirve para llevar petróleo. Seguimos.
Para las Comunidades Especiales se creó un fideicomiso
permanente de $1,000,000,000 que desapareció en menos de tres años. Como un
acto de magia. Luego de múltiples investigaciones, resultó que a pesar de que
el fideicomiso era en perpetuidad, por ley, el dinero se esfumó sin que nadie
hiciera nada ilegal. Una maravilla
económica.
El Tren Urbano contó con fondos federales, pero con los
planos en continua evolución, el
proyecto se sobregiró por varios miles de millones. ¿Cómo se pagó ese
sobregiro? Tomándole el dinero prestado a los bonistas.
El Súper Tubo fue otro proyecto que se sobregiró por
miles de millones, pagando el gasto con dinero prestado. La asignación de
fondos a la Tarjeta de Salud nunca ha sido suficiente para cubrir los costos
del proyecto. Todos los años se ha tomado prestado para cubrir el déficit. El Puerto
de las Américas, en Ponce, que nunca ha funcionado.
La realidad es que nadie sabe exactamente cuanto se ha
malgastado en cada uno de estos proyectos. Ni sabemos a ciencia cierta si los
disparates del gobierno se limitan a estos que alcanzaron primera plana. ¿Cuántos
malversados proyectos habrá que se quedaron a lo sucusumucu, ocultos en una
gaveta con llave? Solo Dios sabe, porque los políticos mantenidos van a seguir
chitón. No importa de qué partido sean.
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