Nuestros políticos siguen inventando formulas de estatus
que solo son propaganda para su partido político, no una solución al estatus
colonial. Como expliqué en el artículo previo, la estadidad como objetivo
político alcanzable es una mentira que promulgan para justificar la propia
existencia de un partido. En el caso del PNP es obvio que no tienen nada más
que ofrecerle al país. Solo ofrecen parches a corto plazo que resultan beneficiando
a unos pocos y esa estadidad lírica que al suceder - o cuando suceda - va a traer
el dinero que hace falta para resolver todos los problemas de la Isla. Se me
ocurre que dentro de ese marco imaginario quizás puedan alegar también que una
vez seamos Estado vamos todos a saber hablar inglés.
Pero el PNP no son los únicos que padecen de eso. Al país
se le presentó la ley que creó el Commonwealth/ELA como la solución al estatus
colonial. Hasta en las Naciones Unidas lo dijeron. Puerto Rico ya no era una
colonia. Argumento que el PPD defendió con uñas y dientes por varias décadas; y
creyéndolo como cierto fue refrendado varias veces por voto popular. Eso sí, es
más fácil sostener un engaño sobre algo que no existe que mantener la fachada
de algo existente que el tiempo menoscaba.
La realidad junto a las continuas puyas del PNP - con la
anuencia del partido independentista - fueron degradando tanto los conceptos libre como asociado. Al sumarse los informes de varios comités de Casa Blanca y
el congreso, revelaron que nuestra ELA/Commonwealth resulta ser no más que un
territorio no-incorporado, esto es un área bajo control del gobierno federal
donde unos derechos fundamentales sí aplican como ley pero los otros derechos
constitucionales no son vigentes. Nuestra retórica política nos ha llevado, por
vía del efímero Estado Libre Asociado, de ser colonia vuelta de regreso a ser colonia.
En la última de las consultas sobre el estatus se le
añadió un tercer apellido al estado, libre, asociado y ahora: soberano. Desconozco
si hubo la intención de inventar un nuevo estatus tan imposible de alcanzar
como la misma estadidad y así conseguir paridad de mentira o si le pegaron la
soberanía al ELA por ser soberanía la
palabra más blandida por los micro-partidos que lograron inscribirse. Pensando
quizás que por sobreuso o mal uso se consigue desvirtuar el concepto.
¿Cómo podemos saber que el ELA Soberano es otro engaño?
Fácil. Volvamos a las palabras. La palabra soberanía viene a sustituir la
palabra independencia que gracias al partido independentista, el pueblo elector
ha desdeñado repetidamente. Perecería ser que se pretende que la ‘soberanía ELA’
sea algo así como una independencia ‘light’, fácil de ajustarse a una
negociación con el congreso de EEUU, el propietario - por no decir dueño - de
la Isla. Como si fuera posible un arreglo con el gobierno federal donde se nos
cedan derechos que los otros estados no tienen, tal como presencia diplomática
internacional, presencia deportiva internacional y la autarquía para no aceptar
los designios federales que no nos convienen.
La última vez que un nutrido grupo de estados pidió esa
clase de soberanía, terminaron a los puños con los federales, en una guerra
civil donde murió sobre medio millón de estadounidenses. La posibilidad de una
confederación entre los estados versus una federación quedó enterrado bajo seis
pies de tierra.
Está claro que la búsqueda de la estadidad es una patraña
para justificar la existencia de un partido político. El ELA ha quedado al descubierto como la
colonia que es y rechazado abrumadoramente por el pueblo elector. La
posibilidad de establecer una relación con los EEUU que nos ‘soberanéese’ un
poco es, para ellos, constitucionalmente imposible. ¿Que nos queda?
Lo obvio, la única alternativa descolonizadora es la
independencia. La República de Puerto Rico, sin asociaciones ni condiciones,
solo con tratados bilaterales. Si nuestra clase política fuera compuesta por
gente seria, la conversación política sería sobre los modelos económicos que
mejor puedan aplicar a nuestra situación geográfica. Estaríamos visitando y
estudiando países pares de éxito económico y político como Costa Rica y
Barbados para ver que podemos copiar o adaptar a nuestra realidad. Quizás
inventos como el estado 51 y el ELA Soberano logren acopiar votos y emociones
mejor que una ponderación honesta sobre nuestra realidad y la ineludible
independencia. Pero, peor aún, sin esa ponderación no se podrá detener la
espiral descendente, social, política y económica que rápidamente lleva nuestra
Isla a una catástrofe total.
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