En
los tiempos de antes, no hace tanto, se usaba el refrán “un paso adelante y dos
para atrás, pero siempre aplaudiendo” para describir el gobierno de Fidel
Castro. Parece que ya hemos alcanzado la desventura de poder usarlo para
describir nuestro gobierno. El fatídico empeño del ‘yo-ismo’, junto a la
jaibería de estarle regalando dadivas a los secuaces del gobierno en turno, nos
ha estado llevando a la bancarrota económica y moral.
La
inauguración del Tren Urbano que trascendió administraciones partidistas, se vio
como símbolo de nuestra entrada a los tiempos modernos. El tren es y ha sido
una solución sabia al problema del tráfico intenso, que a su vez representa
progreso y fortalece la autoestima de la nación. Eso es así aquí y en el resto
del mundo. Y lo grande es que funciona. Cómodo, limpio y puntual. Contrario a
la AMA con su acostumbrada imprevisibilidad. Ahora, alegando que el gobierno de
previo turno mandó a cancelar el tren que pretendía amarrar los pueblos de
Carolina y Caguas a la Capital, nos quieren convencer de que una guagua
encadenada, como las que hay en la Habana, es una mejor alternativa que un
tren. Como diría el Dr. Watson: ¿de verdad? ¿Tú crees eso, Sherlock?
El
argumento es que tendrá un carril exclusivo para su mayor eficiencia. ¡Lo único
que no es tan exclusivo na’! ¡Van a vender pases a ese carril exclusivo! Para
que los conductores que tienen prisa formen un exuberante lío cortándole al
frente a la guagua encadenada con tal de ganarle y llegar a San Juan primero. Además,
de ‘carril exclusivo’ ya tenemos al de la AMA como ejemplo. Por ese carril
exclusivo de la AMA transitan policías, bomberos, vehículos de emergencia, se
estacionan camiones de la AEE y la AAA, camionetas se paran a descargar
mercancía, además de todo aquel que no le importa la ley. O sea, todo al que le
da la gana usa ese carril ‘exclusivo’.
Ni
hablar del mantenimiento de esas guaguas encadenadas: de gomas ponchadas, de
suspensiones raídas, de trenes delanteros descarrilados y de choferes que
parlan por celular para evitar aburrirse. Claro, es pura casualidad que esos
pueblos, a quienes les quitan el tren, tengan alcaldes del partido contrario. Y
también es pura casualidad que el primer tramo de ese sistema de guaguas
encadenadas se va a construir para un municipio del partido en el poder que
apenas está a 15 minutos por el expreso.
Buenos pues, como dije al principio: un paso adelante y
dos para atrás,
¡PERO SIEMPRE APLAUDIENDO!
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