En nuestra Isla el Mal ya cumplió los cien años y no queda cuerpo que lo resista. Sabemos cuales son los males que nos aquejan. Este desastre lo llevamos tejiendo por casi una generación. Sabemos también qué esta situación de desgobierno no le cuesta ni un sólo centavo a ningún político. La cuenta la terminamos pagando nosotros, la gente que trabaja.
Estos cien o doscientos líderes, con su astucia, se han asegurado salarios y beneficios muy por encima del asalariado promedio. Han creado mecanismos de perpetuidad para sus posiciones y partidos. Se han protegido de todo mal. Y este desgobierno que vivimos lo han creado por ‘el bien del partido’. No importa cual partido, el partido es supremo. Todo es aceptable si es por el bien del Partido. Sabemos que cualquier propuesta que venga de nuestros astutos líderes, no importa la etiqueta que le pongan, es pura politiquería.
Por eso yo propongo una solución sencilla sin dolores ni revoluciones que se fundamenta en lo obvio, lo justo y lo necesario. Qué le devuelve el poder político al Elector y el poder económico al lugar apropiado en el esquema de una democracia del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo.
¡Apúntame en la quinta!
Estos cien o doscientos líderes, con su astucia, se han asegurado salarios y beneficios muy por encima del asalariado promedio. Han creado mecanismos de perpetuidad para sus posiciones y partidos. Se han protegido de todo mal. Y este desgobierno que vivimos lo han creado por ‘el bien del partido’. No importa cual partido, el partido es supremo. Todo es aceptable si es por el bien del Partido. Sabemos que cualquier propuesta que venga de nuestros astutos líderes, no importa la etiqueta que le pongan, es pura politiquería.
Por eso yo propongo una solución sencilla sin dolores ni revoluciones que se fundamenta en lo obvio, lo justo y lo necesario. Qué le devuelve el poder político al Elector y el poder económico al lugar apropiado en el esquema de una democracia del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo.
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