Skip to main content

¡Yo Propongo! Parte II

En esta y las próximas publicaciones voy a ir exponiendo me plan de gobierno. Hoy propongo la Ley del Respeto y la Confianza. Esta ley está dirigida a restablecer la posición del empleado de gobierno a lo que fue en una época: un Servidor Público.

La propuesta incluye la reubicación de todos los servidores a posiciones donde todos ejerzan una función práctica. O sea, que tengan algún trabajo que realizar. (Se van moviendo de agencia y de plaza hasta encontrar en que lugar mejor puede funcionar. Así nadie se queda sin trabajo, pero todo el mundo tiene algo que hacer.)

Que se promueva y premie la creatividad, la innovación, y la productividad entre los servidores públicos. O sea, que si alguien se inventa como mejorar el sistema o se pone a trabajar fuerte no se le castigue con el rechazo y la ignominia.

Que los administradores (políticos nombrados) sólo tengan una función protocolaria. O sea firmar papeles (preaprobados por los técnicos de la agencia), hacer conferencias de prensa, otros anuncios, y colocar su foto junto a todos los comunicados.

Que ninguna agencia tenga más de tres empleados de confianza (incluyendo al jefe).

Que los procedimientos administrativos se revisen para que la reglamentación esté dirigida a agilizar los servicios y no para prevenir el robo y sembrar la desconfianza. (El que quiera robar va a robar no importa las trabas que se inventen. No por tener rejas han dejado de robar.)

Y para asegurar la honradez pública: Que toda la contabilidad de todas las ramas de gobierno se publiquen diariamente en el Internet, con su correspondiente respaldo, ya sea contrato o factura. Todo al fácil acceso que todo el que lo quiera ver. (Por supuesto, los salarios de los puestos de ‘confianza’ también deben estar publicados.)

Las soluciones son fácil, lo difícil es aceptar el problema.

¡Apúntame en la Quinta!

Comments

Popular posts from this blog

¿Cómo se dice: ver televisión o mirar la televisión?

            Nunca había pensado que ver la televisión fuera una experiencia, de la forma en que se habla de la experiencia de ir al cine. Hasta ahora, que me veo obligado a tomar una decisión monumental. ¿Corto el cable y boto la cajita? ¿Para acogernos a los tiempos modernos con Netflix y Amazon, VOD, DOD, Youtube, Video Streaming, etc., y economizar en gastos? O ¿sigo amarrado al cable con los 500 canales dónde nunca hay nada que ver?             Los argumentos son obvios. El cable/satélite provee un sin fin de canales y eventos, mientras el ‘streaming’ provee un sin fin de temas instantáneamente disponibles. Después de leer sobre las posibles configuraciones que incluye antenas exteriores, grabadora de video programables, internet, proveedores, y etc., tuve que aceptar que en realidad el cable/satélite se puede eliminar sin una pérdida mayor. Lo que inmediatamente me puso a pensar en esa pérd...

La Puerca de Juan Bobo

Llevo un rato viendo propiedades residenciales a la venta por un millón o más de dólares, apartamentos de cuatro habitaciones y la misma cantidad de estacionamientos. La primera reacción que me viene a la mente es: ¿cuántos millonarios hay en la Isla para pagar tanto apartamento de lujo? Claro, al ver que siguen vacios me doy cuenta que no es aquí donde están esos millonarios. Me entero, por la prensa, que la teoría de mercadeo que ha respaldado ese tipo de desarrollo es que los millonarios de otros lares van a llegar en manadas para arrebatarle esas propiedades a los desarrolladores. Y pienso yo, esos desarrolladores, ¿habrán tenido la experiencia de vivir en algún complejo de viviendas millonarias en alguna parte? ¿Sabrán por conocimiento propio lo que buscan esos millonarios? ¿O será que se lo están inventando? Algo así como “Si yo fuera rico…”. Lo que me recuerda la puerca de Juan Bobo. Desde niño cuando primero escuché a mi mamá usar la frase “parece la puerca de Juan Bobo”, pen...

La Llamarada Enciende La Pantalla

          Hace poco más de una década el programa dramático Lucy Boscana de WIPR-TV levantó la cabeza y demostró lo que son capaces los artistas y técnicos del patio. Revolución en el Infierno (2004) estableció el parámetro de calidad en la producción de televisión para la Isla. Al fin, 12 años más tarde, el canal vuelve a levantar la cabeza. Pero esta vez embiste.           La producción se titula La Llamarada , novela del afamado escritor boricua Enrique Laguerre, que todos conocimos en la escuela. Adaptada para la pantalla por Roberto Ramos-Perea, el dramaturgo puertorriqueño de mayor importancia y trascendencia internacional desde René Marqués.           La adaptación resume de una manera sencilla y fluida la complicada trama de la novela. Pero más importante aún es que al finalizar las dos horas de proyección quieres ver más. Quieres saber más de la historia...