Desde que puedo recordar, la puntualidad es uno de los temas que en conversaciones siempre se repite. Desde la impuntualidad del medico que cita a las ocho para atenderte a las diez, como la del cliente que esperas a las dos y se aparece a las tres y media. Son muchos los puntos de vista sobre la puntualidad, y lo complicado es que todos tienen razón. Sigue leyendo para que veas.
Primero confundimos el tiempo con la hora. El transcurrir del tiempo es ineludible e ‘irretornable’. En otras palabras el tiempo pasa y no hay vuelta atrás. Pero la hora nos la inventamos nosotros, los humanos. (¿Será por eso nuestro empeño por la puntualidad?) Miren a ver si la hora es un invento que ningún reloj tiene le misma idéntica hora. Siempre es un poquito mas, o un poquito menos del ‘en punto’.
Lo otro es que la duración del minuto varía según la hora del día. En la mañana los minutos duran segundos y cualquier titubeo, saludo, o conversación por el camino te hace llegar tarde al trabajo. Sin embargo por la tarde, no acaba de llegar la hora de salir del trabajo. Esos últimos cinco minutos dura una eternidad. También hay unos tiempos donde el minuto dura el minuto. Eso es entre 9:30am y 11:30am. Después de almuerzo el minuto de desacelera dramáticamente, hasta detenerse en los cinco minutos ya mentados.
Por eso yo boté mi reloj pulsera y lo que hago es, que me ocupo siempre de llegar a tiempo. Ni tarde, ni temprano.
Primero confundimos el tiempo con la hora. El transcurrir del tiempo es ineludible e ‘irretornable’. En otras palabras el tiempo pasa y no hay vuelta atrás. Pero la hora nos la inventamos nosotros, los humanos. (¿Será por eso nuestro empeño por la puntualidad?) Miren a ver si la hora es un invento que ningún reloj tiene le misma idéntica hora. Siempre es un poquito mas, o un poquito menos del ‘en punto’.
Lo otro es que la duración del minuto varía según la hora del día. En la mañana los minutos duran segundos y cualquier titubeo, saludo, o conversación por el camino te hace llegar tarde al trabajo. Sin embargo por la tarde, no acaba de llegar la hora de salir del trabajo. Esos últimos cinco minutos dura una eternidad. También hay unos tiempos donde el minuto dura el minuto. Eso es entre 9:30am y 11:30am. Después de almuerzo el minuto de desacelera dramáticamente, hasta detenerse en los cinco minutos ya mentados.
Por eso yo boté mi reloj pulsera y lo que hago es, que me ocupo siempre de llegar a tiempo. Ni tarde, ni temprano.
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