Con “¡Baile, Botella y Baraja!”, me saluda Tomás. “¿Sabes como es que se gobierna en esta Isla?” La respuesta obvia es repetir lo que él mismo me dijo de entrada, pero con Tomás nada es realmente obvio. Además sabía que si le daba el espacio, se contestaba él mismo. “Se gobierna por Relaciones Públicas, por las apariencias, oportunidades para foto de prensa, y comprando votos con las fiestas, el ¡baile, botella, y baraja!” La inolvidable sonrisa de Tomás, junto al gesto con las manos, era su forma de decir: 'Elemental, mi querido Watson, elemental.'
“¿Tú no ves como los proyectos se inauguran y después no pasa nada más?”, me dice, mirándome a los ojos. “No hay fondos para personal preparado, ni para los programas; y como no hay fondos para el mantenimiento, lo que se construyó se cae en cantos.” Riéndose me añade, “Apaga las emisoras de televisión, cierra los periódicos y revistas, y verás que los políticos estos se quedan como gallina sin cabeza, dando vueltas en el mismo sitio sin saber que hacer.”
Miré primero al mar, y después compartí con él mi mejor sonrisa.
“¿Tú no ves como los proyectos se inauguran y después no pasa nada más?”, me dice, mirándome a los ojos. “No hay fondos para personal preparado, ni para los programas; y como no hay fondos para el mantenimiento, lo que se construyó se cae en cantos.” Riéndose me añade, “Apaga las emisoras de televisión, cierra los periódicos y revistas, y verás que los políticos estos se quedan como gallina sin cabeza, dando vueltas en el mismo sitio sin saber que hacer.”
Miré primero al mar, y después compartí con él mi mejor sonrisa.
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