El rimbombantemente anunciado Plan de Ajuste Fiscal o “vamos
a apretarnos el cinturón”, recoge todas las generalidades que se han publicado
en la prensa por los últimos cinco años: ¡Estimular el empleo! ¡Estimular la
participación laboral! ¡Controlar el costo
de la energía! ¡Reducir el costo de
hacer negocios! ¡Reformar las leyes de impuestos corporativos e individuales! ¡Fomentar
alianzas publico privadas! No sigo porque ya son cuentos viejos.
No era necesario esperar que un grupo de ‘sabios’ se
estuviera reuniendo un mes para generar un informe que probablemente hizo un
estudiante universitario. La metodología
debe haber sido que el ‘researcher’ recopiló todos los titulares de El Nuevo Día
de los últimos cinco años, descartó las repeticiones y le presentó un ‘check
list’ al comité para que escogieran cuales de los retablos requeté manoseados por
la prensa apetecían poner en el informe. Algo así como se hizo con la biblia en
el siglo IV: “Este sí, esto no. Esto no lo van a aprobar así que quítalo.”
Y así terminamos con un informe - política pública - que
pudo haber escrito George Orwell. Se pretende estimular el empleo y la participación
laboral, quitando derechos adquiridos, bajando el ingreso mínimo y descartando
la idea de permanencia en el empleo. Se puede deducir, entonces, que la gente ahora
no trabaja (participación laboral) porque el salario mínimo federal es
demasiado mucho; porque el deseo que tienen es de trabajar diez y doce horas
diarias sin cobrar ‘overtime’.
También van a equiparar las leyes laborales de la Isla
con las de Estados Unidos. ¿Estados Unidos? ¿Se refieren a las leyes laborales
de Florida (donde no existe protección para el empleado)? ¿O las de New York,
que comienza a ofrecer salarios mínimos de $15 la hora? Para aquellos que
desconozcan la composición política de esa nación, les sugiero que lean
cualquier texto de ‘Civics’ de escuela superior. ¡Cada estado tiene sus propias
leyes laborales! Desde las más pro trabajador a las más anti-obrero. ¿A cuál
nos quieren ‘equiparar’? No me atrevo a adivinarlo.
Aún así, si eliminamos todas esas supuestas desventajas
laborales, honestamente, ¿cuántos nuevos empleos se van a crear? ¡Ninguno! Porque
el problema no son las leyes laborales. El problema es la falta de crecimiento económico.
Y la falta de crecimiento económico es por culpa de las imbecilidades
administrativas de los mismos que ahora recomiendan este Plan.
El punto culminante del informe es lo único con cierta originalidad
que a la vez es la más crasa estupidez que haya generado gobierno alguno,
exceptuando a la Unión Soviética. Se titula el capítulo: Junta de Control
Fiscal. Si esto fuera una opereta satírica gritaría ¡bravo!; pero siendo
una propuesta oficial de gobierno que se va a considerar en la legislatura y de
la que se pretende crear leyes que sostenga esa Junta plenipotenciaria, tengo
que gritar: ¡IMBÉCILES! En vez de tranquilizar a los acreedores lo que van a lograr
es sembrar dudas, aún más profundas que las que existen, sobre la impactante ineptitud
de este gobierno.
Esa propuesta es, primero, una declaración pública de la incapacidad
administrativa que sufre este gobierno. “Como yo no puedo, entonces nadie
puede.” Por tanto vamos, nosotros mismos, a nombrar un Jefe para que no podamos
hacer trampa.” ¿Qué...?
(Una duda. ¿Sí esos ‘nuevos sabios’ los va a nombrar el
gobernador, a la larga no terminará el asunto igual que todas las demás Juntas,
corrompidas por la politiquería?)
Segundo, no hay espacio en la constitución de ningún país, para la existencia de una
supra-estructura fiscalizadora independiente y autónoma al gobierno de ese país.
La idea es idéntica, aunque distinta, a lo que estadistas han propuesto
repetidamente. Que el congreso - di gobierno federal - intervenga directamente
en la administración de su colonia, creando una Junta fiscalizadora que se
reporte solo al congreso o al presidente. La única diferencia entre las propuestas
es de cuáles corruptos nombran los miembros de la Junta, los corruptos de allá
o los de acá.
Tercero, la Junta que describen es para defender los
intereses de los bonistas, no de Puerto Rico y cito: “...los trabajos de esta
Junta estarán cifrados en unas clausulas en los acuerdos con los bonista que sirvan
como tranquilla para futuras administraciones que...” (El Nuevo Día, Jueves, 10
de septiembre 2015) ¡Más claro no canta
un gallo! Con esa Junta, irracional, se les está poniendo en la mano a los
bonistas la llave y el candado de nuestra patria.
Los mismos millonarios/ inversionistas/ bonistas /APP-ístas
a quienes este gobierno le quiere regalar la casa, son los mismos que van a ‘recomendar’
los miembros de dicha Junta. Y citamos: “...los miembros nominados... sean
seleccionados de una lista que se le
proveerá al gobernador por terceros
independientes.” (El Nuevo Día, jueves, 10 de septiembre de 2015) Tradicionalmente
‘terceros independientes’ significa ‘los más interesados’. ¿O crees que los
bonistas van a permitir que en esa Junta haya un ‘defensor del pueblo’?
Ahora vamos a la cuarta y más innegable revelación del verdadero
objetivo del supuesto Plan. Y cito: “El secretario de la Gobernación, Víctor
Suárez, por su parte indicó que el Plan de Ajuste Fiscal ’es una estrategia de negociación’...
y resaltó que la Junta de Control Fiscal será
esencial para garantizar los futuros acuerdos que se alcancen con los acreedores.”
(El Nuevo Día, Jueves, 10 de septiembre 2015) Si revisas renglón por renglón
del Plan se hace transparente que el objetivo primordial no es sacar a Puerto
Rico del hoyo (ni una sola propuesta realista e innovadora en esa dirección)
sino aplacar la ira de los millonarios/ inversionistas/ bonistas/ APP-ístas para poder seguir pidiéndoles prestado. A cambio
del más crédito se les está dando Puerto Rico. Sí, la isla de Puerto Rico con
una empleomanía barata y un gobierno, peor que corrupto, tercermundista, al
alcance del mejor postor. Este informe en vez de tranquilizar a los acreedores
lo que logra es sembrar dudas, aún más profundas que las que existen, sobre la impactante
ineptitud de este gobierno.
Y eso de no pagarles a los bonistas es otra cortina de
humo para que el país no mire a ver dónde es que están los verdaderos intereses
de nuestra clase politiquera. ‘Primero yo, segundo yo y tercero yo.’ Así los describía
mi mamá,
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