En vista del entusiasmo que ha mostrado el Gobernador por cerrar escuelas,
operaciones gubernamentales y protagonizar conferencias de prensa que infunden
miedo a la naturaleza, pienso que debo cabildear en la próxima legislatura por
que se le añadan al calendario de gobierno, días oficiales para dispensar
el día de trabajo en anticipo de que llegue una tormenta o llueva mucho.
Añadirle uno que otro día de fiesta al calendario no va hacer mella. Lo
inapropiado del asunto con los días libres por tormenta es que son
impredecibles y peor aún no tienen un límite. Si cada vez que se acerque una
vaguada se otorga un día libre, por conveniencia del gobernante, podemos estar
dando más de una docena de días de fiesta durante la época de lluvia – en mayo
serían como tres días - afectando la productividad general de la Isla. El
objetivo de la legislación que propongo es darle oficialidad a él despachar los
empleados de gobierno y cerrar las
escuelas a la vez de ponerle límites al poder hacerlo solo dos veces en el año.
(De ahí el parte I y parte II para el Día de la Tormenta.)
Pensándolo bien, sería simpático añadirle a la ley un artículo que obligue
al gobernante a escoger y anunciar, el mismo día que comienza la primavera, las
fechas en que se van a celebrar los Días de la Tormenta, ambas fechas. Podríamos
hacer apuestas o quizás ponerlo como otro de los juegos de la Lotería
Electrónica. Raspa y Llueve o algo así.