Uno de los vocablos contemporáneos que más me gusta es la palabra despelote. Es casi onomatopéyica. Y es descriptiva del gobierno que nos aqueja. ¡Despelote! Me encanta. El despelote que provoca continuamente este gobierno me hace preguntar si hay, realmente, un plan estratégico específico o si es simplemente una incapacidad general para gobernar la Isla.
Por un tiempo pensé que al gobernador le mentían y que por eso la realidad palpable lo contradecía. Pero, ya no puedo seguir creyendo que los mentirosos sean los que tiene a su alrededor. Tiene que haber una mejor explicación. Los jefes de agencia terminan teniendo que renunciar a sus puestos por haber seguido sus instrucciones, a sus ayudantes los abuchean en la calle y ha logrado enemistarse con prácticamente todos los sectores de la sociedad civil.
Alegar que la presunta Vía Verde, un proyecto que ha sido rechazado casi unánimemente, que como poco – si es que prospera - se va a tardar cinco años en implementarse, como la solución al problema de las exorbitantes facturas de la AEE raya en lo imbécil o en creerse que el pueblo es imbécil. A menos, que la intención sea estimular el despelote.
Por los últimos 50 años la isla de Puerto Rico ha luchado, con más o menos éxito, por alcanzar una autonomía política y legal, una autarquía camino a la descolonización y este gobierno junto a sus astutos líderes está haciendo lo contrario, acudiendo cada vez más al gobierno federal como los rescatistas de este despelote social y político que ellos mismos han creado. ¿Será posible que su plan de inducir una mayor condición colonial tenga el objetivo de transformarnos por fiat accompli en un estado federado? ¿Será posible que piensen que los doscientos años de historia de esa república constitucional no cuentan? ¿O será que llanamente no tienen puta idea de lo que es gobernar un pueblo, para el pueblo?
Yo creo que si siguen así lo que van a conseguir es que el próximo gobernador de la Isla lo nombre el Presidente de turno. Sabes dios, a lo mejor nos vendría bien.
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