La Terapia de Pepe Orraca

             Voy a tener que exigirles a los mosquitos que me construyan un templo y celebren mi existencia con sacrificios y servicios religiosos todas las semanas. ¡Claro que sí! Les doy sangre de mi sangre, carne de mi carne. Sin mí estarían desamparados, pasando hambre a la intemperie. Soy su dador de vida. A los mosquitos les corresponde estarme venerando.             ¡Y que se preparen si no me hacen pleitesía!  Saco el Raid y  los  mato bien muertos.             Bueno, al menos una capillita. (Hay más en: www.pepeorraca.blogspot.com)

            Parece ser que en el gobierno hay una competencia de disparates. Y la competencia está fuerte.             En la AMA pretenden mejorar la solvencia de la empresa eliminando rutas y reduciendo servicios. ¿Nadie pensó que eliminar rutas y reducir servicio también va a reducir el número de usuarios, lo que significa una merma en los ingresos que cubren los pasajeros? Una espiral descendente que a la larga va requerir eliminar más rutas y reducir más los servicios. ¡Genial!             Igual en el Acuaexpreso, para economizar en horas extra y turnos adicionales se van a repartir los mecánicos de lanchas de Isla Grande a otros lugares de trabajo, colocando algunos en nuevas posiciones. ¿Será posible que todas esas horas extras y turnos adicionales pudieran haber sido necesarios por la cantidad de trabajo que siempre está pendiente? Y ahora, ¿habrá que contratar una empresa privada cada vez que se dañe una lancha?             Esta es buena. Según el reglamento 03-002 todo

            Desde los opositores que alegan que el hombre no puede deletrear su nombre, las uniones obreras que reclaman la inconstitucionalidad de lo que está haciendo, los empleados públicos qué exigen se les devuelva sus derechos y su retiro, los Moody’s y compañía que arguyen que los engañó cambiando los muñequitos después de veinte reuniones ¡todos tienen que comprender! ¡Es que él no se manda!             Él le responde al último asesor con quién habló. Cuando el aeropuerto él le respondió a Moody’s, el amigo de los bonistas. Había que mantener nuestra reputación crediticia, dijo.  Sólo seis meses después de anunciar que estaba “sacando el País de la pesadilla” se inventó una herramienta parlamentaria - posiblemente inconstitucional - para llevar al País a una bancarrota “legal”, pedacito por pedacito. Enojado, Moody’s nos echó todo a chatarra. Ahí quedó nuestra reputación crediticia.             Y así con los Planes de Retiro, el IVU del muelle que no funciona, la Patente